domingo, 11 de abril de 2010

pensamientos

Este curso ha sido un reto para mi. Encanto las obras de García Márquez, de Isabel Allende y Carlos Fuentes, pues tenía sentido que tomaría este curso. “Leyendas de Guatemala” era muuuy difícil para mi, y temía que no tendría capaz de seguir. Pero seguí leyendo más lentamente, a veces más que dos veces por cada cuento, y al fin entendí bastante bien. “El Reino de Este Mundo” también al inicio pareció demasiado difícil, pero cuando me acostumbré a la estilo de escribir de Carpentier, leí fácilmente hasta el final. La prueba era, claro, “Cien Años de Soledad.” Pero con este libro, también con los cuentos al fin del curso, no tenía las problemas anteriores. Era una revelación para mi a leer en Español al nivel que leo en Ingles (aun con mucho menos de comprensión, por supuesto.) Leer “Cien Años” siempre fue una meta mía, y ahora lo he hecho. Siempre tendré esto.

El género de literatura “Realismo Mágico” nunca tenía sentido a mi antes de este curso, y ahora entiendo como llegó el boom, que pasaba antes, y una resulta que ha llegado después. Aunque no gocé nada de los cuentos de McOndo, entiendo el porque. Es difícil a llevar una etiqueta, aun si es una que yo personalmente disfruto mucho. El mundo globalizado no se puede evitar hoy en día, pero para mi prefiero llegarme a un lugar donde lo mágico es verdaderamente posible y donde el desastre de nuestro mundo no es tan obvio. Así tengo que preferir los primeros tres obras. Pero, sé también que hay que ser otras obras latinoamericanas modernas que no tienen que ver col el realismo mágico ni el modernismo frígido de McOndo. McOndo es solamente una idea de donde Latinoamérica debe irse en su literatura.

Por la historia del género y los libros/ cuentos que he leído (algunos, como Asturias, que quizás nunca llegaría a leer en mi vida), estoy agradecida a este curso. He aprendido mucho.

domingo, 4 de abril de 2010

McOndo

Estos cuentos me parecen bien raros. Los elegí al azar: “El vértigo horizontal,” “Sólo hablamos de la lluvia,” “He conocido a mucha gente,” “La mujer químicamente compatible,” y “Gritos y susurros.” Después de leer todos, me siento un poco confusa. No entiendo el porque de la mayoría de los cuentos. Los dos de la semana pasada me gustó porque tuvieron un tipo de “twist” o idea clave, y por esto el cuento valió la pena de leer. No sé si es porque no entiendo los dialectos latinoamericanos, o solamente no doy cuento de que está pasando, pero los cinco que elegí fueron aburridos o inútiles. En “He conocido a mucha gente,” los encuentros individuales son interesantes pero no tiene un fin bastante profundo. Parece mucho a “la mujer químicamente compatible”- hay cosas interesantes pero la última párrafo me deja confusa y decepcionado. Hay símbolos, por supuesto- los países, la idea de vivir con una mujer para siempre pero cada noche alguien distinta, pero son demasiados oscuros para que entienda lo que pudieron significar.


Entiendo bien la idea de escribir cuentos fuera de la sombra de García Márquez y realismo mágico, pero al mismo vez, hay que escribir cuentos interesantes. (Quizá no soy justa aquí- es verdad que no entendí por nada el fin de “gritos y susurros” y los fines de “la mujer químicamente compatible” y “he conocido a mucha gente” me confusan.) Pero los que entendí bastante bien son banales y no dicen nada. Por ejemplo, “el vértigo horizontal” es el cuento más común del mundo- la mujer se rompe con el hombre, el hombre se siente triste, la mujer tiene cáncer, el hombre se siente triste otra vez, el hombre se vuelve loco. punto. ¿Qué cuento es esto? No vale nada. El mismo con “Sólo hablamos de la lluvia.” Un cuento poco interesante, con sexo, y al fin nada cambia. Todos quedan tristes y solos. Tal vez esto sea lo que quieren decir los autores- que la vida es banal y estúpida y triste.

domingo, 28 de marzo de 2010

los tres libros hasta ahora

Como dijimos en clase, es muy interesante a ver las semejanzas y las diferencias entre las tres obras que hemos leído hasta ahora. Cien años de soledad parece lo más distinto para mi sobre todo por el concepto de tiempo y por el tema de la familia. Con “Leyendas”, el tiempo no tiene espacio a presentarse así- con los cuentos/ mitos, el tiempo tiene un aspecto mítico (como el cuento en que un siglo dura un día), pero al mismo tiempo las cosas pueden pasar en un tiempo más o menos normal (por ejemplo en la última parte, cuando las cortinas se cambian de la mañana a la tarde a la noche, etc). En “el Reino,” el tiempo no es definido (no hay datos, y en esto parece a “cien años”), pero va desde el principio hasta el final. En “Cien Años” el tiempo es más tiempo circular- las cosas van desde el principio hasta el fin (más o menos), pero las cosas y las personajes se repiten hasta el punto en que el lector puede perderse. También, las acontecimientos se meten en lugares fuera de su tiempo real, por ejemplo la primera linea en que nos describe la “muerte” del coronel Aureliano. Todo esto da la impresión de que todo pasa en un círculo.


Los tres libros tienen aspectos políticos y antropológicos. En “Leyendas,” hay un sentimiento que Asturias está grabando los cuentos para dar un identidad puramente Guatemalteca (y quizás a unir el país). El político aquí no es tan obvio como en “El Reino,” pero el crítico de la colonización exista en algunas de los cuentos. Como “Cien Años”, “Leyendas” nos da un explicación de los origines de un pueblo (aunque en “cien años” es solamente el origen de Macondo y la familia, la idea es la misma.) “El Reino” es más obviamente político, con la rebelión de los esclavos, las guerras casi sin fin (pero no en broma, como vemos en “Cien Años”), y los conflictos entre clases sociales. Como discutimos en clase, hay un político en Cien Años, pero es más difícil a decir exactamente que ES lo que quiere decir García Márquez. Hay el aspecto de la memoria (con el olvido de coronel Aureliano y el masacre al estación de tren, todo esto), además de las guerras sin fin que parecen absurdas. Hay el tema de (re)colonización, pero al fin aun esto tiene una tinta de nostalgia.


Hay mucho más que discutir sobre los tres libros, pero lo dejo así.

domingo, 21 de marzo de 2010

Cien años de Soledad 4

Wowww ¡Qué libro! Acabo de leer la última página y tengo ganas de empezar leyendo desde la primera. Esta troza nos muestra la muerte verdadera de Macondo y de la familia Buendía. Las acontecimientos hasta este punto a menos tenían la posibilidad de mejorarse, pero después de los años de lluvia no había esperanza. Aún el peste del bananero huye de Macondo frente esta sentido de muerte. Las cosas van hasta el punto en que los sobrevivientes en el pueblo tienen una nostalgia hacia United Fruit y las comunidades construidas en aquel época (las mismas casas y empresas que aborrecían todo el mundo al tiempo de su construcción.) Y las memorias colectivas del pueblo así va más allá de la nostalgia- entre en el olvido. Así, más que no creer en la masacre en el estación del tren, la gente empiezan a olvidar su propia (bien conocida) pasada. Por ejemplo, en la página 518, dice el narrador:


“Cada vez que Aureliano tocaba el punto, no sólo la propietaria, sino algunas personas mayor que ella, repudiaban la patraña de los trabajadores acorralados en la estación... e inclusive se obstinaban en lo que después de todo había quedado... establecido en los textos de la escuela primaria: que la compañía bananera no había existido nunca.”


Y más que esto, hacia el fin del libro, la gente va olvidando su propio héroe de la guerra- el coronel Aureliano Buendía. Cuando Aureliano se preocupa por su nombre y su linaje, el sacerdote le dice que habían muchos que llevaban este nombre, que es una calle de la ciudad. Cuando Aureliano le pregunta sobre el coronel, la cura le dice:

“Ay, hijo, a mí me bastaría con estar seguro de que tú y yo existimos en este momento.”


Todo ahora va atrasando. El tren apenas para en Macondo, y la casa de los Buendía se encuentra vacía. Después de la muerte de Úrsula, Amaranta, los gemelos y Fernanda (y en algún momento la muerte de José Arcadio y el último Aureliano (de los 17)), queda solamente Aureliano (hijo de Meme) y su tía Amaranta Úrsula. La nacimiento de un hijo con cola de cerdo es el fin del ciclo de la familia, aunque nadie piensa en esto como algo horrible o extraño después de tanto tiempo olvidado. Pero la muerte de la madre y hijo está bastante a forzar Aureliano a volver a los escrituras de Melquíades, y tú sabes lo que pasa entonces.


El fin el libro me da más preguntas que contestas, pero creo que esto es intencional. Es una historia de un país, de un región, y así las cosas no tiene capaz explicarse. El ciclo de la familia es la misma de su casa y de su pueblo. En fin, todo se muere junto. Hay una belleza con esto- una belleza triste, pero todavía existente.

domingo, 14 de marzo de 2010

Cien años de Soledad 3

Este parte del libro me entristeció. Los personajes familiares se murieron, la vida cotidiana se cambió para siempre con la avanza del tiempo, y tengo la sensación de que todo irá por el peor. Cuando pienso del empiezo del libro, tengo un tipo de nostalgia por el tiempo cuando todo era más simple.


Lo que más me impresionaba era la revelación de Úrsula cuando se vuelve ciega. Piensa sobre su vida y la vida de sus hijos, y lo más triste para mí era la descripción de la vida del coronel Aureliano Buendía:


“Vislumbró que no había hecho tantas guerras por idealismo, como todo el mundo creía, ni había renunciado por cansancio a la victoria inminente como todo el mundo creía, sino que había ganado y perdido por el mismo motivo, por pura y pecaminosa soberbia.”


Es algo que comprendí el momento en que Aureliano destruyo la casa de la viuda de su amigo/ oponente de guerra (cuídate el corazón, Aureliano, te estás pudriendo vivo), pero a ver su madre entender todo en un momento fue horrible para mí. También sirvió como resumen del libro hasta esta punto, como Úrsula vuelve a pensar en los temas pertinentes de la obra. Y en este momento de revaluación, Úrsula entiende a Rebeca y lamenta los años perdidos entre ellas.


Para mí, la llegada de Fernanda es lo que hace desatar la familia. Cambia como funciona la casa después de que murieron Aureliano y Amaranta, y va hasta condenar a ostracismo su propia hija (aunque Meme fuera un poco exasperante, pienso que Fernanda no tenía razón.) Úrsula, la sabia, quede en las “tinieblas” dejando Fernanda líder de la casa Buendía.


La idea de que José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo se equivocaban entre sí como niños está reforzado por la masacre al estación del tren. (Con la primera capitalista muy pronto llegan los forasteros, o United Fruit Company. Me acuerdo de que los forasteros cambiaron el río (que cada casa de Macondo había tenido el mismo contacto con), y así mataron el tipo de utopía socialista evidente en el pueblo.) El José Arcadio Segundo, como el coronel Aureliano Buendía, se mete en un tipo de guerra- las huelgas de los obreros. Es así que ve la masacre en que nadie cree (el gobierno niega lo que pasó.) Es algo muy doloroso, y parece que la tierra misma siente el dolor, porque entonces empiezan las lluvias.


Yo sé que esta entrada va un poco al azar, pero es que acabo de leer la sección y no sé que pensar de todo lo que he leído. Hay tantas acontecimientos, tantas cosas que merecen palabras aquí... Bueno, he tratado de mencionar las más importantes para mí. Todavía hay que pensar más en lo que pasó, y prepararme para leer la última troza

domingo, 7 de marzo de 2010

Cien años de Soledad 2

Es muy difícil para mi leer un libro en trozas (o, mejor dicho, hablar de un libro así). Por esto, no necesariamente voy a hablar en el blog solamente sobre la sección que leí esta semana- hablo del libro entero hasta la página 312.


Primero, tengo que mencionar la sola escena que recordaba del libro antes de esta semana. Hasta ahora, esta escena era lo que pensaba en cuando alguien me mencionara el libro: la escena de la muerte de José Arcadio Buendía. Hay algo sencillo y impresionante en la imagen de un hombre caminando por salas, cada una pareciendo al otra, hasta un momento en que se encuentra en la sala real- la sala de la vida despertada. El realismo mágico es prominente aquí, y la percepción de la muerte es lo que me interesa. Pienso que es la idea de no volver a la sala correcta en sueño (aunque parece exactamente parecida a la correcta) y no despertar en la sala real (en vida). Hay algo irresistible aquí, y recuerdo que había sentado por un rato largo para pensar sobre lo que he leído. Es un concepto que todavía me hace pensar.


Pero lo que más me interesa de lo que he leído es la guerra. En una obra casi surreal, la guerra toma una perspectiva bastante realista. Otra vez, vemos las cosas volviendo y repitiéndose: por ejemplo, cuando vimos el Coronel Aureliano Buendía cambiando a un monstruo de guerra y Úrsula le dice: “Es lo mismo que habría hecho si hubieras nacido con cola de puerco.” (p. 275) La vergüenza de la familia así no se puede desaparecer aun cuando un niño nazca con todos sus partes humanas. Sin embargo, en fin Aureliano acepta la soledad que viene con la apellido “Buendía” y pasa sus días haciendo sus pescaditos de oro. Es una broma de la vida- vende los pescaditos de oro a ganar oro a hacer más de pescaditos (del mismo oro) solamente a venderlos de nuevo. Lo más básico de la vida (el vender y gastar) es así hecho en algo inútil. Y aun cuando Aureliano acepta la soledad (“-¿Cómo está, coronel? -Aquí, esperando que pase mi entierro”) la guerra sigue. No estoy bien segura de lo que pasó con el recibo y el hombre joven con los baúles de oro, pero las noticias dado a Aureliano y la masacre en la penúltima página me hace pensar que todo no ha sido resuelto.


La última acontecimiento sobre que voy a comentar hoy (hay tantas otras, pero no tengo espacio ni tiempo a decir todo lo que me gustaría) es el cambio de generación que ocurre. Con la muerte de José Arcadio y Arcadio y el olvido de Rebeca, el cuento gira hacia las vidas de Remedios la bella y los gemelos. No sé que quiere decir Gárcia Márquez con la infancia eterna de Rebeca, pero las vidas de los hombres otra vez hace uno pensar en la circularidad del tiempo y la distinción entre lo muerto y lo vivo. El pequeño Aureliano 2o habla con el Malquíades, y José Arcadio 20 pelea con los gallos como José Arcadio Buendía antes de mudarse y fundar Macondo. No me acuerdo de cual niño, pero uno de los dos trata de aprender a hacer los pescaditos de oro pero pierde la paciencia o lo deja.


Hay tantas cosas que no he mencionado sólo por falta de tiempo. Es un libro muy muy complejo, y para mi casi imposible de hablar sobre en unos 500 palabras.

martes, 2 de marzo de 2010

Cien Años de Soledad 1

Cuando yo fui a Banff estas vacaciones, traje conmigo Cien Años de Soledad. Lo leí hace más que cinco años (en inglés, por supuesto), y cuando empecé a leerlo la semana pasada, tuve solo unos recuerdos vagos de la trama y los personajes. He leído hasta la página 242 esta vez, y me impresionó mucho la complejidad del cuento y más que esto, el concepto de tiempo que empleo García Márquez. Cuando lo leí por primera vez, no lo entendí como literatura- lo leí por el gusto. Ahora que lo leo en su estado natural (con notas al pie de la página que clarifican las cosas) puedo apreciar mucho mejor que está pasando.

Lo que me parece lo más interesante en el cuento hasta ahora es el sentido de tiempo. No va desde el principio hasta el final, sino empieza con una frase que provoca un tiempo distinto de lo que estaba pasando antes. Pero hay una progresión lineal de la vida, solamente nos la da en segmentos que ocurren en lugares diferentes. Por ejemplo, el cuento empieza con: el fusilamiento de Aureliano, un recuerdo de algo en su niñez, y la fundación de un pueblo. No sabemos nada de la vidas de Úrsula y José Arcadio Buendía antes de casarse, pero tenemos el resulto (lo que había pasado entre ellos es crítico en la fundación de Macondo, pero no nos damos cuento de esto hasta más tarde.) También tenemos elementos en el cuento que se repiten varias veces en casi la misma manera, por ejemplo lo que piensa Arcadio antes de ser matado. Son casi palabra por palabra, los escenas repetidas en el texto. Y no solo ocurre en esta instante- hay otros acontecimientos que se repiten (como el bosque en que encontró José Arcadio Buendía el barco español, que Aureliano redescubre muchos años después.) Hay un diálogo entre Úrsula y Aureliano cuando Aureliano está en el cárcel a punto de ser matado que describe para mí esta sentido de tiempo perfectamente:

-¿Qué esperabas?- suspiró Úrsula, -El tiempo pasa.

-Así es- admitió Aureliano, -pero no tanto.